Pero, como para todos los problemas hay soluciones, el equipo habría decidido qué hacer para poder conseguir sus servicios: incluir a Rooney en la operación, algo que abarataría mucho el fichaje.
Los 80 millones que habrían pedido por el delantero se quedarían en unos 30 o 40 al incluir el pase del delantero, que por otro lado, vería con buenos ojos volver al club donde se formó.
Así, Mourinho mataría a dos pájaros de un tiro. Se desharía de Rooney, que casi no cuenta con él a causa de su bajón de rendimiento, y conseguiría el refuerzo de uno de los delanteros más prometedores del mundo.