Poco pudieron ver los espectadores presentes en el Runavík Stadium de las Islas Feroe. La bruma se hizo dueña del encuentro entre los feroeses y los escoceces, un encuentro que terminó 4-6.
La eliminatoria ya estaba sentenciada antes de iniciarse el choque. En la ida, el Hibernian consiguió una renta de 6-1 que les puso en la pole por la siguiente ronda. En las Islas Feroe, certificaron su presencia en la próxima fase.
Nada más comenzar el encuentro, el cuadro escocés se metería en propia en el primer minuto de juego. El segundo tanto del Runavík, obra de Olsen, hizo temblar al Hibernian, que se repuso con los goles de McGinn y Stevenson.
En mitad de la niebla, hasta seis goles se vieron en la primera mitad del encuentro, tres para cada equipo. El choque, pese a la poca visibilidad para los jugadores y el colegiado, se seguiría disputando.
Con la eliminatoria sentenciada, solo quedaba por ver qué equipo sería el rey en el campo de niebla. Ahí volvió a triunfar el Hibernian, que aprovechó la mayor pegada de sus jugadores para acabar venciendo por 4-6.
Pocas veces se ha visto en una eliminatoria de la Europa League tantos goles como en esta. Un total de 17 tantos que, sin embargo, no fueron protagonistas, sino una bruma que fue la más determinante del choque.