Deportivo y Sporting medían fuerzas en Riazor con la necesidad de puntuar. Pero por momentos parecía que a ninguno de ellos le hiciera verdadera falta la victoria. La pasividad fue la tónica dominante en los primeros compases.
Poco a poco el Deportivo fue imponiendo su ritmo, su dominio de la situación, pero pese a todo las ocasiones no terminaban por llegar.
El Sporting comenzaba a sentir sus carencias, sus debilidades: los balones aéreos. A través del balón parado comenzaron a llegar las ocasiones de los locales, y así llegó el primer gol.
Un córner botado por Emre Çolak, el mejor del partido durante los primeros 80 minutos, lo cabeceó Celso Borges. El testarazo impactó en un defensor y el rebote, en otro. La fortuna estaba con él: le cayó el balón a los pies y fusiló desde fuera del área pequeña a Cuéllar.
Casi sin comerlo ni beberlo, a diez del descanso, se adelantó el Deportivo. Si el Sporting había hecho poco antes, ahora iba a poder hacer menos si los de Garitano hacían bien los deberes.
Sin embargo, el Depor no cedió el protagonismo a su rival. De hecho, el encuentro parecía seguir a cero, con un Sporting buscando la contra en lugar de tomar las riendas de un encuentro que se le escapaba.
Y el segundo tiempo fue igual. Si Abelardo les echó la bronca en el descanso, ésta tuvo efecto retardado. No fue hasta cerca de la hora de juego cuando el Sporting comenzó a llegar con claridad al área de Lux.
El partido se convirtió en un 'toma y daca' que podía depararnos cualquier cosa, pero el gol llegó de nuevo a balón parado, no tras una galopada. Sergio Álvarez peinó en el primer palo un córner botado por Moi Gómez al que no llegó Lux e igualó la contienda.
Garitano movió el banquillo y dio minutos a Ryan Babel. "Sal y a ver si puedes arreglarme esto", parecía querer decir Garitano con el cambio. Le costó comenzar a carburar al holandés...
Porque Babel no es aquél que maravilló a Europa y que fichó por el Liverpool. No le pidas que corra, porque no está para ello pese a que no llega a la treintena. Mucho tiene que entrenar para volver a tener esa chispa y poder sembrar el terror por la banda.
Pero si algo tiene es clase. Eso no se pierde con los kilos. Ya avisó antes del descuento, pero su disparo se estrelló en un defensa. En la recta final, entre Emre Çolak y Ryan Babel, abrumaron al Sporting.
En la última jugada el holandés vio puerta y se ganó a Riazor. Recibió un pase del turco, controló, se centró y reventó el balón, poniéndolo ajustado al poste derecho de un 'Pichu' Cuéllar que vio como su estirada llegó tarde y sólo pudo recoger el balón del fondo de sus redes.
Otra derrota para el Sporting, más dolorosa si cabe que las anteriores, por llegar en el último minuto de un escaso descuento de dos minutos, y ya van cuatro seguidas. El Depor, por su parte, coge aire y moral con un triunfo vital ante un rival 'de su liga'.