Está complicado, pero Bas Dost se ha propuesto pelearle la Bota de Oro a Leo Messi hasta el final. El holandés, en su primera campaña en Lisboa, donde llegó desde el Wolfsburgo, ha maravillado a propios y extraños y ha sobrepasado la barrera de los 30 tantos en el campeonato doméstico.
Dost ha hecho olvidar a Slimani con sus 31 goles y ha convertido en escasos los 10 millones de euros que los lisboetas pagaron por su fichaje en verano.
No es la primera vez que este internacional holandés se acerca a estas cifras, pero sí la primera que lo hace en un campeonato importante. En la 2011-12 llegó también a los 32 goles en el Heerenveen, lo que le valió el traspaso al Wolfsburgo. Tenía apenas 23 años, pero el fútbol alemán le vino algo grande.
8, 4, 16 y 8 goles en las cuatro temporadas que pasó en la Bundesliga. Poco para lo que venía apuntando en Holanda (14, 13 y 32). Por eso, el Wolfsburgo decidió venderlo al Sporting de Lisboa, en una operación aparentemente ventajosa de la que seguro que ahora se arrepienten.
El de Coevorden (Holanda) ha alcanzado su madurez y le peleará hasta el final la Bota de Oro al todopoderoso Messi. Lejos de las florituras del argentino, Dost es un excelente delantero rematador, aunque algo propenso a las lesiones. Una especie de Miroslav Klose, pero con algo más de técnica y movilidad.
Una gema por explotar que no tiene asegurada su continuidad en el Sporting de Lisboa, pues numerosos equipos de nivel han mostrado interés por él. En definitiva, una de las revelaciones del curso que ahora termina y que dará que hablar en el futuro.