El Liverpool estaba atascado y era incapaz de encontrar espacios en el partido de la International Champions Cup que le midió al Manchester City. El equipo 'red' daba muestras de agotamiento tras encajar en el minuto 57 el gol de Leroy Sané.
Pero cuando Klopp decidió poner a Salah en el 63, la situación dio un vuelco inmediato. El delantero del Liverpool encontró puerta de un testarazo poco antes de que se cumpliera el minuto de haber ingresado en el terreno de juego, lo que cambió la cara de su equipo.
26 de julio de 2018
Gracias a ese chute de moral, el conjunto 'red' conseguiría remontar el encuentro con un gol de Mané en el descuento, en un partido en el que los de Klopp fueron de menos a más gracias a la incorporación de su máxima estrella.