Sin Mané ni Firmino, se plantó Jürgen Klopp en The John Smith's Stadium con el objetivo de mantenerle el pulso a Guardiola, que acababa de golear en el Etihad Stadium al Burnley 5-0.
Motivado por las bajas, el alemán tuvo que introducir algunas modificaciones que, a la postre, no ofrefieron el mismo rendimiento que los teóricos titulares que abanderan al equipo.
No obstante, Shaquiri, que entró en lugar de Mané, asistió a Salah en el único tanto del encuentro. El egipcio aceptó el envite y batió a Lossl con la efectividad de otrora para abrir el marcador.
Sin embargo, el Liverpool se fue diluyendo merced al paso de los minutos, armando de argumentos a un Huddersfield que le perdió el respeto a los de Klopp para merodear la portería de Alisson sin complejos.
Unas manos de Milner dudosas y un gol anulado a Pritchard sembraron el pánico en la hinchada 'red', que asistía impotente a la falta de reacción de un equipo que aparentaba peligrosa fragilidad.
En los últimos compases del encuentro, un cúmulo de errores defensivos de Van Dijk y Lovren a punto estuvo de regalarle el gol a Mounie, que no supo aprovechar el regalo.
Sin más brillo que puntería, el Liverpool se impuso al Huddersfield para liderar la Premier League junto al Manchester City con 23 puntos, dos más que el Chelsea, que empató ante el United en Londres.