Salah comenzó el Mundial siendo noticia por su ausencia del debut de Egipto por lesión. La arrastraba desde la final de la Champions, cuando se hizo daño en el hombro en una pugna con Ramos, lo que le hizo perderse gran parte de aquel encuentro.
Sin embargo, Salah volvió a acaparar portadas en parte por culpa de la propia Federación de Egipto. La decisión de concentrarse en Grozny, capital de Chechenia, fue controvertida, pero nada hacía presagiar lo que estaba por llegar.
La foto de Salah con el polémico presidente checheno, Ramzan Kadyrov, le colocó bajo los focos. Su turbio historial salpicó a la estrella egipcia, hasta el punto de estar meditando abandonar la selección al término del Mundial, dice la 'CNN'.
El egipcio sonreía, aparentemente ajeno al revuelo que esa foto iba a provocar, y cuando ha sido consciente de ello se ha sentido disgustado.
Salah se siente utilizado por su Federación y por Chechenia, y su paciencia parece haberse colmado con la polémica surgida tras la concesión de la ciudadanía honoraria por parte del propio Kadyrov.
Con Egipto eliminada del Mundial, Salah no parece estar digiriendo bien este inesperado protagonismo extradeportivo, y siente que su imagen está siendo usada para promocionar la de la República de Chechenia.