Los remedios de siempre funcionan. Lo dicen las abuelas y también lo demostró este sábado un Liverpool que muestra síntomas de colapso antes del choque más importante de la temporada ante el Atlético de Madrid.
El equipo de Klopp tuvo que tirar de sus cracks para remontar en casa ante el penúltimo: un Bournemouth que no puso las cosas nada fácil y que tuvo ocasiones para llevarse un premio mayor que el empate en su visita al campo de los 'reds'.
A los 'scousers' poco o nada les preocupa ya la Premier League. La van a ganar sobradamente y ya hacen cuentas para ver en qué momento sucederá eso. Sin embargo la derrota en el campo del Watford y la eliminación en la FA Cup a manos del Chelsea plantean dudas antes del trascendental choque de este miércoles.
Salieron mejor los de Jürgen Klopp en un partido en el que el temor al coronavirus dejó una curiosa imagen: los jugadores no se dieron la mano en el tradicional saludo inicial. El Liverpool acosaba a su rival, pero este respondió a los nueve minutos.
Fue Wilson quien le robó la cartera a Joe Gomez en tres cuartos. Entre el desconcierto, abrió a la derecha, por donde Billing se incorporó como un misil. Este vio a Lerma desdoblándose y el centrocampista sirvió el pase de la muerte que el propio Wilson remachó.
Un golpe anímico para un equipo que se derrumbó ante la primera adversidad. Cinco minutos más tarde, fue Aké quien de cabeza pudo hacer el 0-2, pero Adrián salvó el tanto metiendo la manopla. La respuesta, inmediata: un disparo de volea de Firmino que se topó con Ramsdale.
La suerte del equipo visitante comenzó a cambiar cuando a los 18 minutos Cook se tuvo que retirar tras un golpe en un córner. Siete minutos después, Salah recibió un pase fantástico de Mané y, a la media vuelta, se sacó un disparo ajustado al palo. En el 33', fue el propio Mané el que no perdonó en el mano a mano tras asistencia de Van Dijk.
El Bournemouth tenía la obligación de buscar el empate en la segunda mitad, pero la vuelta de vestuarios fue aburrida hasta el tramo final en una y otra área. Van Dijk lo intentó sin suerte a los 20 minutos de la reanudación, mientras los de Howe pudieron igualar la contienda en un balón que sacó la defensa bajo palos.
El técnico visitante quemó las naves con los cambios en pleno vendaval local, con disparo al poste de Mané incluido. Con las tres sustituciones hechas, Billing se lesionó y tuvo que continuar en el campo cojeando.
Y en el 90', Wilson perdonó las tablas en una acción en la que solo tenía que empujar un balón llorando. El VAR podría haber rectificado un fuera de juego que no parecía. Al final, salvó la papeleta el Liverpool, que ya piensa en el Atleti.