La diferencia más obvia entre un futbolista amateur y un futbolista de élite es que el segundo es remunerado por jugar al fútbol, es decir, se gana la vida con la práctica del fútbol. Ésto conlleva el cumplimiento de una serie de objetivos para lo cual se necesita una dedicación plena de tiempo y recursos. Por esta razón, muchos jugadores profesionales sacrifican su físico por la consecución de dichos objetivos.
En líneas generales el deporte de élite sobrepasa con creces la línea de los beneficios para la salud. El fútbol profesional es de máxima exigencia. El futbolista de élite lo es 24 horas al día durante todos los días del año, ésto no sólamente se reduce a entrenamientos, sino que deben cuidar hasta el mínimo detalle la alimentación y los descansos. Se ve influenciada incluso la vida social y familiar, puesto que pasan muchos días al año viajando y lejos de sus hogares.
Pero si nos centramos en el plano físico, llevar una alimentación y vida saludable no sirven de nada si el esfuerzo al que se somete al organismo es extremo. Y los futbolistas profesionales lo hacen durante muchos años seguidos. Pueden aparecer múltiples problemas físicos a distintos niveles. A nivel óseo y articular aparecerá un desgaste importante por impactos, traumatismos o gestos repetitivos.
En cuanto al aparato ligamentoso y los cartílagos, los futbolistas están muy expuestos a sufrir esguinces, desgarros y roturas parciales o totales, que en muchos casos no se recuperan con garantías y que a la larga se convertirán en crónicas. Además hay que incluir en este apartado el tema de las intervenciones quirúrgicas que en el caso de algunos futbolistas se cuentan por deccenas y que terminan por poner fin a la carrera deportiva del jugador mucho antes de lo deseado.
A nivel muscular los efectos no son menores. La falta de descanso a consecuencia del congestionado calendario competitivo que deben atender los clubes, repercute negativamente en la musculatura de los futbolistas. Son incontables las roturas fibrilares que un jugador de fútbol puede sufrir a lo largo de su carrera deportiva.
Por último, el cansancio mental y psicológico al que están sometidos provocan en muchos casos que, una vez retirados, los futbolistas quieran desvincularse por completo del deporte y la actividad física, lo que los lleva a un deterioro más rápido de lo normal de su aspecto físico en relación sobretodo al sobrepeso.
Por todas estas razones, los expertos en la materia hacen mucho hincapié en la prevención y adecuados períodos de reposo. Quizás las rotaciones que tan de moda están en el fútbol ahora mismo ayuden en un futuro a los futbolistas profesionales modernos a conservar mejor la salud.