Ver para creer. Sin ganar desde el inicio de temporada y tras destituir a su anterior técnico, Deportivo Santaní llegaba -en su primera clasificación para la CONMEBOL Sudamericana- a Colombia con Once Caldas como claro favorito.
Pero el fútbol se guarda este tipo de cosas -escondidas- en latitudes del planeta cada vez más inesperadas. Deportivo Santaní tiene dos cosas que celebrar en la noche del jueves: su clasificación a la siguiente ronda de la Copa y la favorable evolución de Aguilar.
Antes que el fútbol, mucho antes, está la salud de aquellos que lo sostienen. En el minuto 51 en el Estadio de Palogrande el juego se paró. El choque de cabeza con cabeza entre Aguilar y Alonso mantuvo a la grada sin respiración, mientras se vivían segundos de máxima tensión sobre el césped.
Sin respuesta ante los estímulos, Aguilar fue atendido sobre el terreno de juego ante el nerviosismo de los jugadores de uno y otro equipo, que no paraban de clamar por la entrada urgente de los servicios sanitarios. De hecho, en una muestra idílica de compromiso y deportividad, fue el médico del 'Blanco Blanco' -el rival- quien atendió primero al futbolista malherido.
Por suerte, la ambulancia se encontraba dentro del estadio, lo que conllevó que en un período de tiempo de cinco minutos, el futbolista se encontrase ya camino del hospital. De momento, parece que el jugador evoluciona sin problemas aparentes, según el parte médico.
Eso fue al inicio de la segunda mitad, con 0-1 en el marcador. Al borde del descanso, en el 39', Lezcano recorrió 60 metros por banda derecha hasta poner un centro medido al hombre que, por banda contraria, llegaba en carrera al segundo palo. Aguada sólo tuvo que empujarla y el balón se introdujo sutilmente bajo las piernas de Ortiz.
Fue una jugada aislada, como aislados fueron todos los ataques del 'Santa'. Sin regularidad en su juego, los de Jara Saguier siempre trataron de aprovechar su partido. Pese a los constantes ataques del bando local, Santaní aguantó con fiereza y mantuvo tramos de fútbol de mucha madurez, controlando los tiempos del encuentro.
El colegiado terminó por añadir ocho minutos al sueño paraguayo, que se sabía tocado por una varita ante la multitud de ocasiones erradas por sus rivales. Con los de Hubert Bodhert volcados en la última jugada del choque -incluído el portero-, Cazal protagonizó el último suspiro y en una galopada memorable, prácticamente sin opresión, colocó el 0-2 a puerta vacía, certificando la clasificación de Santaní.
Gran debut de Jara Saguier con el conjunto paraguayo, que en su primera aparición en Sudamericana consigue un pase a la segunda ronda. Decepción para Once Caldas, que quedan apeados de la competición a las primeras de cambio.