Partido típico entre dos equipos que se conocen y pelean por un título importante. Ni a los dos minutos de encuentro ya se presenció la primera bronca del partido.
La intensidad desmedida de ambos conjuntos llevó al arbitro a parar al encuentro y llamar a los capitanes. "O esto se para aquí o habrá más de un expulsado", pareció decirle el colegiado a ambos.
Robinho se tuvo que marchar del encuentro, fruto de una de las muchas fuertes entradas que se vieron. Hasta el descanso, ni una ocasión clara de peligro para ninguno de los dos equipos.
En una de esas faltas llegaría el gol. Centro milimétrico de Wesley, desde la banda izquierda, que Michel Bastos sólo tuvo que peinar para que el portero no pudiera impedir el gol.
Tras un pequeño parón, debido a la caída de una barandilla en una de las gradas, Atlético Mineiro se lanzaría en vano a por el empate. No tuvo suerte, ni tampoco fútbol.
Será el partido de vuelta el que decida quien se mete en las semifinales de la Copa Libertadores.