Un mes. Esa fue la duración de la aventura de Paul Scholes al frente del Oldham. "Comprobé que no podría operar como habría querido", alegó el fugaz entrenador del club inglés, que no ganó ningún encuentro bajo su mandato.
Este dejó su cargo 31 días después de haber asumido las riendas y lo hizo mediante un mensaje de Whatsapp: "Estoy decepcionado por la decisión de Paul de renunciar y sorprendido por las razones que ha dado en su declaración".
"Me sorprendió mucho porque él simplemente renunció con un mensaje de texto el miércoles por la tarde y se ha negado a discutir los asuntos que lo influenciaron para tomar su decisión", explicó Lemsagam.
El dueño del club siguió argumentando su asombro: "Personalmente siempre apoyé cualquier decisión que Paul tomó o me consultó para asegurarle que él era el hombre indicado. Seguí animándolo a pesar de los resultados y le aseguré que su trabajo estaba seguro conmigo. Me conformé con permanecer en segunda división para esta temporada y trabajar con el equipo que tenemos para el resto de la temporada".
"Paul y yo acordamos que había potencial, pero le aseguré que tenía todo mi respaldo para reconstruir el equipo a su elección para la próxima temporada. No planteó ninguna inquietud sobre la plantilla o cualquier otro asunto de manera informal o formal, antes de su renuncia. No dio la oportunidad ni las indicaciones necesarias para abordar cualquier problema en absoluto", continuó lamentando el dueño.
Para acabar, y pese a la situación, no le guarda rencor: "Como club, le deseamos lo mejor de nuevo y le agradecemos su contribución. Personalmente creí que él sería el técnico que nos llevaría arriba esta temporada y la próxima, y sé que muchos de ustedes sintieron lo mismo".
Actualmente, el Oldham ocupa la decimocuarta posición de la League Two con 48 puntos y ve los puestos de 'play off' por el ascenso a nueve.