El fútbol de élite puede haber terminado para Ibrahimovic. Si ya se rumoreaba que podía marcharse a la MLS en verano, ahora ese rumor cobra el doble de fuerza.
Irse a Estados Unidos, quizá a la nueva franquicia de Los Ángeles, recuperar la forma y jugar dos o tres temporadas, corriendo poco, cobrando bien y ganando títulos. El retiro soñado por muchos.
Su contrato con el United termina en verano, y es más que posible que no lo renueve. Era complicado sin su lesión, ahora más.
Porque esta lesión podría tenerle hasta un año en el dique seco. Y la MLS empieza en marzo. Hasta los tiempos parecen ponerse a su servicio.
No colgará las botas, pero difícilmente le veremos jugar en Europa nunca más. Al menos, no en una de las cinco grandes ligas, claro. ¿Por qué no de vuelta al Malmö?