El cuadro dirigido entonces por Bernd Schuster firmó un 4-0 para la historia. Casquero abrió la lata y Güiza, antes del descanso, anotó el segundo para hacer creer a la afición.
Y en un saque de falta botado por Contra, Vivar Dorado anotó el tercer, llevando la locura hasta la grada. Ni Eto'o, ni Ronaldinho, ni Iniesta lograron detener a aquel equipo.
Para colmo, Güiza sentenció la eliminatoria unos minutos más tarde, dejando a aquel Barça muy tocado. El Getafe logró la remontada y acceder a la final de Copa.