Quedaban segundos para llegar a la primera media hora de partido cuando Kane, en carrera, recibió un balón en la frontal del área. El delantero, entre tres rivales, fue trabado por el que se encontraba tras él y, debido a la velocidad que llevaba, acabó totalmente desequilibrado.
Kane siguió corriendo mientras iba cayéndose y acabó en el suelo. Eso sí, antes justo de terminar de caerse armó la pierna como pudo y en cuanto cayó al césped, golpeó la bola con fuerza.
El '10' logró mandarla al fondo de las mallas e instantáneamente se levantó para celebrar su meritorio gol. Está claro que, siempre que tiene la más mínima oportunidad de tirar a puerta, Harry Kane no duda ni un segundo.
21 de septiembre de 2019