La carrera de Rémy Cabella, que ya estuvo marcada por las lesiones en varias ocasiones, sufrió un duro revés en agosto de 2019 al romperse el ligamento cruzado de su rodilla izquierda en el mismo curso que llegó al Krasnodar procedente del Saint-Étienne.
Olympique de Marsella, Newcastle, Arles y Montpellier fueron otros de sus destinos. Precisamente fue en este último el equipo con el que pudo disfrutar de su única vez en la fase de grupos de la Liga de Campeones en la temporada 2012-13.
De la misma forma, tiene una espinita clavada. Con ese Montpellier solo pudo sacar dos puntos en la primera fase en un grupo que completó junto a Schalke 04, Olympiacos y Arsenal.
Ahora, ocho años después, tiene ante sí la opción de volver a sentir esa emoción. La fase previa es ya un lujo, pero el Krasnodar y Cabella sueñan con meterse entre los 32 mejores clubes de Europa.
Para ello, tendrá que superar al PAOK griego en una eliminatoria a doble partido. Una característica que se recupera después de unas rondas anteriores que se decidieron a partido único.