La profesión de entrenador es uno de los puestos más volátiles en el mundo del fútbol. Basta con encarrilar una mala racha de resultados para que la afición se eche en contra y la directiva se plantee un despido.
En un deporte tan ligado a la pasión, cuanto mayores son las emociones mayor es la posibilidad de que estas situaciones se den con asiduidad, siendo Argentina y México dos de los países más imponentes a la hora de sentarse en un banquillo.
En el gigante sudamericano y concretamente en la Superliga, hasta 18 entrenadores han perdido su puesto en 19 jornadas y en un total de 15 clubes. La lata se abrió a partir de la tercera fecha del campeonato con la destitución de Ezequiel Carboni al frente de Lanús. El último en caer fue Mariano Echevarría, de Tigre, al empatar 4-4 en casa ante Banfield.
Una de las marchas más sonadas fue la de Gullermo Barros Schelotto -actualmente en Los Angeles Galaxy-. El 'Mellizo' dio por cerrada su etapa en Boca Juniors después de la 'Superfinal' de Copa Libertadores, inaugurando una nueva era en el conjunto 'xeneize'.
En México las cosas no han empezado demasiado bien en los banquillos. Tras siete jornadas de Torneo Clausura, cuatro entrenadores han perdido el cargo. El último en caer fue el ya ex técnico de Querétaro, Rafael Puente del Río.
Además, de seguir este ritmo de despidos, la Liga MX podría llegar a los nueve e igualar el máximo histórico en el Apertura de 2017.