Tras pasar por varios equipos de Tercera División, el delantero quiso salir de España para buscarse la vida haciendo lo que más le gusta, jugar al fútbol. La aventura europea de Arimany comenzó el pasado verano en el Kapfenberg, equipo de la Segunda División Austriaca.
Cinco meses más tarde y tras marcar 10 goles en 20 partidos con los austriacos, Arimany fue cedido al Energie Cottbus alemán, en el que está comenzando a aclimatarse.
"No hace ni un año estaba jugando, con todos los respetos, en el campo del Cerdanyola, del Santfeliuenc, campos de hierba artificial como el del Manlleu, o en casa mismo, en Palamós, donde había 300, 400 personas. Aquí llevo cuatro partidos y ya he jugado ante 15.000", afirma el delantero sobre el cambio drástico que ha vivido los últimos meses.