Tres minutos corrieron en el minutero de Ipurúa cuando Adrián convirtió el frío del ambiente en un calor infernal para el Dépor. El centrocampista recibió un balón cedido por Enrich cerca del pico izquierdo del área y, con un golpeo magistral bombeado, acabó con las telarañas de la escuadra derecha defendida por Tyton.
Pese a que el gol incitó al Dépor a salir con empuje a buscar el empate, Enrich firmó el segundo capítulo del partido. Esta vez fue él quien, con la frialdad de un asesino de área, aprovechó un pase filtrado de un genial Adrián para dibujar el 2-0 que parecía sentenciar en el minuto 15.
Con mucho acierto por la banda de Inui y con el manejo sensacional del tiempo de Pedro León, el Eibar se veía cómodo y no paró de verse en toda la primera mitad, pese a que Çolak, rozando el minuto 20, cabeceó un buen centro de Juanfran hacia las redes de la portería 'armera'.
Segunda parte para hacer justicia.
El gol del Deportivo pareció no afectarle para nada al cuadro local, que salió con ganas de matar el partido desde el 45'. Pero, aunque el segundo acto no terminó de ser lo demasiado cómodo para los locales, la justicia futbolística acabó dándoles la razón.
Yoel tuvo que emplearse un par de veces con confianza, sobre todo para sacarle una mano prodigiosa a Andone, quien casi firma el empate con una jugada individual de genio rozando la hora de partido. El destino pudo cambiar si el árbitro hubiera pitado un supuesto penalti sobre Çolak por un derribo en el área 'armera', pero decidió no mojarse.
Y, viéndole las orejas al lobo, el Eibar no quiso marear la perdiz y Sergi Enrich volvió a aparecer. Lo hizo de nuevo como asistente, regalándole un gol a Lejeune, quien nunca antes había marcado en Primera División, con un pase de la muerte que cerró el marcador.