La gloria espera al Kashima Antlers. Jugar la primera final de su historia supone la primera oportunidad para ganarla. Y para ello, puede encomendarse a Serginho. Él fue el gran héroe en la vuelta de las semifinales.
A sus 23 años, y con apenas unos meses en el club, anotó el tercer tanto en el 3-3 que clasificó a los japoneses y dio la asistencia de los otros dos.
Su aval, más allá de sus dotes futbolísticas, está en las oficinas. Su compatriota Zico, director deportivo del club, no dudó en tirar de él en la pasada ventana de fichajes de verano.
En los cuatro compromisos que jugó durante la Champions League asiática aportó de manera fundamental. Ahora puede culminar su aportación con un título que podría propulsarle a ligas de renombre.