Los 'socceroos' marchan segundos en el Grupo 2, un grupo en el que Palestina, Siria y los oceánicos se juegan acompañar a Jordania a la segunda fase. Pero, ¿qué hace un país de otra confederación compitiendo en un torneo de la AFC?
La razón recae en el bajo nivel de la gran mayoría de selecciones que conforman la OFC, la confederación oceánica de fútbol. Fiyi, Islas Cook, Salomón, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Samoa, Samoa Americana, Tahití, Tonga y Vanuatu son los países que la componen.
Australia siempre mostró un listón bastante más alto que sus rivales, por lo que la escasa competencia en torneos y fases de clasificaciones para el Mundial no les hacía ningún favor. De hecho, la OFC no cuenta con un billete directo a la Copa del Mundo, por lo que el primero de la zona se la juega a una repesca a doble partido con el quinto de Sudamérica.
Por ello, en 2005, y tras protagonizar escandalosas goleadas como el 31-0 a Samoa (mayor goleada en un partido internacional reconocido por FIFA), pidieron a la confederación asiática formar parte de la misma para poder competir con Japón, China, Irán, Corea del Sur o Arabia Saudí, países mundialistas con un caché superior a los combinados oceánicos.
La confederación asiática dio el "sí" de buena gana, por lo que Australia pasó a ser, futbolísticamente hablando, un país más de Asia. Pero por muy bien que la aceptaran, deberá derrotar a Siria si no quiere pasar más apuros de los deseados para colarse en los octavos.