Ni el hambre de un Jesé con ganas de reafirmarse, ni la gasolina infinita de Joaquín, ni el factor sorpresa de Lainez... al Betis le faltó un argumento este jueves que le dejó fuera de la competición europea. Se puede dominar, encerrar al rival e inventar mil maneras de pisar el área rival, pero si falta el gol, falla todo.
Todavía vibran las gradas de un Benito Villamarín que lo dio todo. Había ambiente de noche especial en Sevilla y se vivió. Las adversidades que llegó a encarar en el partido el Betis llegaron a parecer superables, pero Europa no perdona.
Un calco de la ida
Para desgracia verdiblanca, la primera mitad fue un 'remake' de la ida en Francia y para más infortunio, la segunda parte no lo fue. Los roles estaban claros: el bando bético, que no necesitaba marcar, salió a buscar el gol y el Rennes, que se quedó esperándolo, lo encontró antes al hacer gala de su efectividad.
Los palos, al igual que en la ida, fueron por partida doble. Se cumplió la media hora y el marcador vislumbraba un desolador 0-2 dibujado con un cabezazo de Bensebaini y una gran jugada entre Sarr y Hunou. Dos palos que hicieron recordar al partido de ida y que adquirieron un sentido cuando Lo Celso puso emoción al borde del descanso.
Tras una gran asociación entre Jesé y Canales, el argentino colocó el 1-2 e hizo recordar el espíritu de la ida, el de la épica remontada culminada por Lainez. Este jueves pintaba mejor: en casa, ante un Villamarín entregado y con 45 minutos por delante.
Solo un reproche
No se le puede echar nada en cara al Betis. Fue uno de esos días de exprimirse hasta decir basta. Jesé encandiló a la grada con diabluras por la banda y varios intentos serios, siendo despedido con una ovación. Joaquín trató de tirar del carro hasta que las piernas aguantaron. Lo Celso y Canales se volvieron locos intentándolo y hasta Lainez saltó al campo para emular su noche mágica.
Pero no, la remontada no llegó y el gol sí lo hizo, pero en el bando contrario. El Betis se volcó a la desesperada, sin nada que perder y demasiado que ganar. El choque acabó con un gol de Niang a la contra en el último suspiro, certificando la una caída que provoca que los esfuerzos que restan vayan dedicados a Liga y Copa.