Guardiola se estrenó como entrenador en la máxima competición nacional en 2008, cuando fue designado casi por sorpresa como el sucesor de Frank Rijkaard al frente del Barcelona. Tras un inicio dubitativo, logró en su primer año algo inédito: el ansiado 'triplete', la Liga, la Copa del Rey y la Champions.
A partir de entonces, Guardiola ha ganado siempre la máxima competición europea de clubes, o lo ha hecho el equipo que apease a Pep, siempre en semifinales, por cierto.
La Champions de 2008-09, como hemos visto ya, la ganó el Barcelona, entrenado por Guardiola, por 2-0 al Manchester United.
Guardiola continuó al frente del Barça hasta 2012. En ese periodo levantó otra Champions, pero dio el triunfo a tres rivales.
En 2010 se cruzó en semifinales con el Inter de Milán de José Mourinho. Tras una épica eliminatoria no exenta de polémica, el Inter pasó a la final con un resultado global de 3-2, en la que se midió al Bayern de Múnich, al que derrotó por dos goles a cero en la gran final.
Al año siguiente el Barcelona volvería a ganar el título, de nuevo enfrentándose en la final al Manchester United, esta vez con un resultado de 3-1. Guardiola ganaba su segunda Champions.
El Chelsea se cruzaría con el último Barça de Pep en las semifinales de 2012, y tras otra agónica eliminatoria, con algunas similitudes y coincidencias con la de anoche, cayó ante el Chelsea. Los de Londres se impusieron en la gran final al Bayern, en el Allianz Arena, tras la tanda de penaltis.
Pep Guardiola se tomó un año sabático, pero volvió a los banquillos en la temporada 2013-14, al frente del Bayern de Múnich, el vigente campeón. Y comenzó su maldición con los equipos españoles, que ha terminado por el momento con su eliminación a manos del Atleti.
Esa temporada el Real Madrid le atropelló, con un 0-4 en Múnich incluído en la humillación. El conjunto blanco se enfrentó al Atlético de Madrid en la final de Lisboa y, no sin un sufrimiento agónico, forzó la prórroga y terminó imponiéndose a un Atleti que se dejó el corazón.
La pasada campaña el que se cruzó en su camino fue su ex equipo, el Barcelona. Un 3-0 en la Ciudad Condal y un 3-2 en Múnich mandaron al Bayern a casa. Y el Barcelona vencería a la Juventus en la final.
Sin duda, otra casualidad más. En poco más de tres semanas saldremos de dudas. Todo dependerá de si el Atlético se impone a su rival o si vuelve a hincar la rodilla, por tercera vez en su historia.