El Zaragoza se ha abonado al empate. Esta es una expresión que se utiliza, quizás demasiado, en algunas rachas de equipos. Pero el Zaragoza lo puede firmar con su propia sangre.
Un gol de Brugui en el minuto 95' le dio un punto al Mirandés para seguir fuera del descenso y condenó un día más al club maño, que firmó su noveno empate de forma consecutiva.
Terminó el partido con un gol y comenzó con otro. En el primer minuto, Nano Mesa aprovechó el rechace de un disparo para adelantarse a la defensa y, previa revisión en el VAR, marcar el primer tanto del choque.
Creció el Zaragoza, que por fin creía que se iba a llevar los tres puntos. Fue mejor durante la primera mitad, mientras Cristian Álvarez y Raúl Lizoain se ganaban su sueldo.
Con el paso de los minutos, y especialmente en la segunda mitad, el Mirandés se echó hacia adelante. La entrada de Roro Riquelme le dotó de más calidad técnica en tres cuartos de campo y las ocasiones no dejaron de sucederse.
Todo ello después de un gol fantasma, que no llegó a entrar, del conjunto mirandés justo antes del descanso. Ese fue el acicate para buscar un empate que consiguió en el último suspiro.
Los nervios llegaron a La Romareda, consciente de que se habían escapado muchos puntos en los últimos minutos. Y de nuevo sucedió este domingo en un partido que, de haber ganado, le hubiese sacado del descenso.
Finalmente, cuando la hinchada local soñaba con el triunfo, un balón se quedó muerto en el área chica y el recién ingresado Brugui marcó un hito más en la historia del Zaragoza.