Las adversidades pueden servir como acicate para crecer en el plano humano y profesional. Eso mismo fue lo que le pasó a Francesco Acerbi, defensa de la Lazio, tras serle diagnosticado un cáncer en 2013.
El futbolista habló este miércoles con 'L'Ultimo Uomo' y desveló cómo superar la enfermedad también le ayudó en su carrera. "Antes no me respetaba a mí mismo ni a mi trabajo ni a las personas que me pagaban mi sueldo. Solía aparecer borracho en el entrenamiento después de salir por la noche", se sinceró.
"El cáncer fue mi suerte. Cuando me enteré, solo podía pensar en todas las oportunidades que desperdicié en los años de fútbol debido a los excesos. Decidí que quería compensar todo lo que perdí. Si no hubiera sido por eso, probablemente estaría jugando en Segunda División o ya habría terminado mi carrera", afirmó de forma solemne.
"Descubrí que estaba enfermo en julio de 2013, nada más llegar al Sassuolo. Me operaron y, a las tres semanas, estaba en el campo. Nada había cambiado. Seguía comportándome como un no profesional fuera del campo. Un día comencé a gritar "¡sal de mi cuerpo!", pero seguía haciendo mi vida habitual. Tardes de bebida y salidas hasta las siete de la mañana", lamentó visiblemente afectado.
"Un año después de mi enfermedad me fui a dormir y me desperté con un ataque de pánico. Tenía miedo de mi sombra. Empecé a pensar en las oportunidades que había desperdiciado y las tardes de excesos. Tuve que ir a un especialista para superar mis miedos", relató el jugador, quien aseguró que fue "alguien de ahí arriba" que le amaba quien le mandó la enfermedad.
A sus 32 años, Acerbi está atravesando su mejor momento profesional. Ahora es un jugador indispensable en la Lazio que logró la Coppa de Italia y la Supercoppa tras vencer a la Juventus de Cristiano Ronaldo. Esta temporada es segundo en la Serie A, a un punto del equipo 'bianconero'.