El delantero inglés fue el protagonista absoluto del choque frente al Bournemouth. Con 1-1 en el marcador, y en el tiempo añadido, firmó el gol de desempate... y fue expulsado por celebrarlo con la afición.
La tarjeta roja mosqueó bastante al técnico 'citizen'... y este no se mordió la lengua a la hora de analizarla: "Si no podemos celebrar con ellos un gol importante, quizá lo que deberíamos de hacer es jugar sin aficionados".
Con ese dardo envenenadísimo hacia el estamento arbitral, Pep dejó patente su disconformidad ante lo que consideró una injusticia. Aunque, algo de razón lleva, ¿no?