Alexander-Arnold considera que Klopp le ha hecho aún mejor. "Es alguien que realmente me ha hecho ser quien soy. Me ha empujado a mejorar cada día y me ha dado tantas oportunidades que nunca podré devolverle tanta confianza. Me ha ayudado en todos los sentidos", expresó.
Cuando era un niño, Alexander-Arnold reconoció que era bastante diferente y tenía más de un defecto. "Cometía errores. Era un mal perdedor. Si me equivocaba, me iba del partido. Literalmente. Se me veía a la legua. Si algo no salía bien en un entrenamiento, pateaba balones lejos o botellas de plástico, lo que me encontraba. Gritaba, me enfadaba...", enumeró.
Con el paso del tiempo, el futbolista aprendió a tomarse los errores de otra forma. "Al final me di cuenta de que esa no era la reacción correcta", señaló.
Alexander-Arnold ya puede presumir de ser campeón de la Champions, pero aún le quedan sueños por cumplir: la capitanía, uno de ellos. "Me encantaría, por supuesto. Si se hace realidad o no... no es mi decisión. Yo no elijo quién es el capitán", concluyó.