No habrá declaraciones, ruedas de prensa o entrevistas. Esa es la orden que ha dado el máximo dirigente del Nápoles para tratar de enfriar la polémica que él mismo provocó.
No es la primera vez que lo hace, ya que con Mazzarri y Benítez, hizo algo parecido. Nadie sabe a ciencia cierta hasta cuando durará el 'silenzio stampa', pero, de momento, está instaurado.
Sarri no hablará ni en la previa ni tras el partido ante el Chievo Verona. El entrenador del Nápoles tiene a la ciudad de su lado y parece que, según informa 'SportItalia', De Laurentiis se habría arrepentido de sus declaraciones.
Por ello, le ofrecerá una subida importante del sueldo. Mientras tanto, el técnico sigue con su dinámica de trabajo. Habló con sus jugadores y les pidió que mantengan el nivel de concentración, al tiempo que les aseguró que pueden remontar la eliminatoria de Champions ante el Real Madrid.