Sin Robin Lod y con la duda de Canella de cara al derbi

Además de Canella, Dani Martín y Pelayo Morilla trabajaron con el readaptador con el fin de poder estar a disposición de Baraja para el sábado, si bien solo el primero está siendo titular y además uno de los más regulares del equipo hasta el momento.

Por su parte, los defensas Geraldes y Peybernes tampoco se ejercitaron junto al resto de sus compañeros, el primero por una sobrecarga y el segundo aquejado de un virus, por lo que fue enviado por los servicios médicos a su domicilio.

Sporting y Real Oviedo llegan muy apurados a este encuentro hasta el punto de que el entrenador del equipo que salga derrotado podría ser cesado dada la trayectoria negativa de ambos equipos en el último mes.

El equipo gijonés prepara el partido queriendo aislarse de la presión del entorno mientras que sus aficionados le respaldarán en buen número en el Carlos Tartiere, a pesar de la marcha negativa durante la mayor parte de la temporada y de las dificultades por motivos de seguridad que se están encontrando para el desplazamiento.

El partido ha sido declarado de alto riesgo por lo que los aficionados rojiblancos, que en este caso son los visitantes, serán concentrados en una determinada zona del campo, sin que hayan podido adquirir localidades para el resto de tribunas.

Las medidas de seguridad obligan a los aficionados que vayan al campo a viajar en una caravana de autocares que saldrá de las inmediaciones de El Molinón para dirigirse directamente al Carlos Tartiere donde, tras el partido, deberán permanecer hasta que las fuerzas de seguridad den el permiso para que abandonen el campo y vuelvan, también en caravana, para Gijón.

Estas medidas han provocado que una de las asociaciones de peñas, Unipes, haya hecho público un comunicado en el que anuncian que no estarán en el partido además de mostrarse muy críticos con todas las medidas tomadas, ya que aseguran "presuponen que todos los aficionados son potencialmente peligrosos e incapaces de comportarse civilizadamente".

Para los responsables de esta asociación las medidas "no buscan contribuir a la convivencia de aficionados ni contienen ninguna medida para ello, simplemente asumen que solo la violencia física es posible entra ambas hichadas".

Unipes también denuncia que "no se ha contado con los aficionados para el diseño del dispositivo" y también que "en ningún momento los mandos policiales han aceptado escuchar la visión de los aficionados".

Según Unipes, las medidas tomadas harán que los aficionados que vayan a necesitar como ya sucedió el año pasado emplear "hasta 10 horas para un partido que se juega a 30 kilómetros".