Machín y los suyos pudieron golear, pero el muro fue muy difícil de saltar. Queda todo abierto para Lituania. El Sevilla y el Zalgiris Vilnius ofrecieron un buen partido en el Sánchez Pizjuán y se jugarán su pase en la vuelta.
Los deberes, al contrario que en la anterior eliminatoria, no se hicieron en el Pizjuán. La figura de Bartkus, portero del Zalgiris Vilnius, emergió en el estadio del Sevilla y fue incontestable. Paró de todas las maneras posibles.
Banega fue el único que pudo con él. El argentino avisó en el minuto seis con un disparo desde la frontal que se marchó muy lejos. Nolito y Ben Yedder fueron los primeros en ver cara a cara a Bartkus. No pudieron con él.
Pese al dominio andaluz, el Zalgiris no se arrugó y buscó la portería contraria sin complejos. Vaclík también salvó a los suyos y sigue demostrando el porqué de su fichaje.
En el minuto 35 quedó claro que Banega también juega con guantes, pero de seda y los lleva en los pies. El mediocampista hizo de un lanzamiento directo una obra de arte. Una rosca que fue imposible para Bartkus.
El Pizjuán volvió a ver a Aleix Vidal corriendo por el carrilo derecho. Buenas sensaciones dejó el ex azulgrana, que pudo poner la guinda a su actuación con un gol. El guardameta lituano le dejó de rodillas maldiciendo.
No cambio el guion en los últimos minutos. El Sevilla apretó de lo lindo gracias al empuje de su gente, pero el Zalgiris buscó bien las cosquillas al contraataque. Ni uno ni otro. El marcador no se movió.
Ben Yedder dispuso de la última ocasión y decepcionó de cara a puerta. Se dejaron todo para el partido de vuelta. Lituania dictará sentencia gracias a los fallos hispalenses y los vuelos de Bartkus.