El Eibar se llevó el duelo en el que los de Mendilibar y el Real Valladolid celebraban la permanencia una temporada más en Primera División.
Sin nada en juego, con horario distinto del resto de la jornada... pero no por ello sin chispa. El partido fue bonito entre dos equipos que se quitaron la presión con la salvación y trataron de dar una alegría a su afición.
El Valladolid fue mejor hasta el 1-0, pero no transformó su mayor presencia en área contraria en gol. Sandro tuvo la más clara y Soto Grado no vio un claro penalti de Tejero a Toni Villa por el que el extremo se quedó algo tocado varios minutos.
Más certero estuvo el Eibar en sus primeras aproximaciones. Bigas, en el primer córner 'armero' tras cinco del Valladolid, puso el 1-0. No estuvo acertado Caro, que falló por quedarse bajo palos después de errar por salir en el Metropolitano.
El meta no tuvo su día. Y tampoco San Emeterio. El centrocampista puso un pase atrás deficiente al meta y Caro, demasaido fuera de la portería, se resbaló al salir a despejar: el resultado, el gol más cómico de la Liga. Inui entró andando en la portería para hacer el 2-0.
Los de Sergio, que no habían estado mal, no reaccionarían hasta el tramo final del choque. Tampoco haría sangre un Eibar que dejó pasar los minutos hasta la fase final del partido.
En ella, el Valladolid recuperó su mejor versión, ya con un ultraofensivo esquema con tres atacantes de Sergio. Los blanquivioletas tuvieron ocasiones de todos los colores para hacer el 2-1, pero este solo llegó de penalti, esta vez más que riguroso.
Cayó Ünal ante Yoel y no dudó el colegiado, a pesar de que parecía que el meta gallego llegaba antes al balón. A la segunda, tras detener el lanzamiento el meta 'armero', Sergi Guardiola acortaba distancias.
De ahí al final, los pucelanos siguieron apretando, pero el que se llevaría el premio sería el Eibar, con un De Blasis que transformó sin problemas un inocente penalti de Nacho.
3-1 que no vale para nada más que para el Eibar, que eso sí podrá llevarse un buen pellizco si logra acabar más arriba que los de Sergio.