Más allá del estilo de juego, de los factores tácticos o la falta de efectivos, los números no engañan. El Madrid fue un equipo totalmente distinto de cara a puerta en Balaídos y en el estreno liguero en el Santiago Bernabéu.
Quizás ese fue el motivo principal para que los de Zinedine Zidane no sumaran su segundo triunfo ante el Valladolid. ¿La principal diferencia entre ambos partidos? La puntería.
En el duelo ante el Celta, el Madrid, que llegó a disputar más de 30 minutos con un jugador menos, disparó un total de 15 veces. Once de ellas a portería, acabando tres en el fondo de las mallas. No son grandes cifras, pero sí mejores que las que se vieron en el Bernabéu.
Una semana después, en casa y ante el Valladolid, los de Zidane, con varios cambios en el once, afrontaban un nuevo duelo. De nuevo con Benzema y Bale como armas principales de cara a puerta.
Pero el resultado fue muy distinto. El Madrid disparó en 20 ocasiones, pero solo cuatro de ellas fueron a portería. 16 remates malogrados que, con mayor acierto, hubiesen supuesto, quizás, un resultado totalmente diferente al 1-1 final. Solo Benzema logró transformar después de 82 minutos.
El cuadro 'merengue' tuvo la pelota, generó oportunidades y acabó pagando sus fallos defensivos. Pero, si hubiese tenido la misma puntería que en Vigo quizás el resultado hubiese sido muy distinto.
Unos problemas que se asemejan a los de la temporada anterior. Sin Eden Hazard -lesionado-, la zona ofensiva de los blancos sigue siendo la misma de los últimos años. Solo Jovic fue la cara nueva.
Casi sin tiempo para reforzarse, 'Zizou' deberá paliar esos problemas de cara a puerta si quiere que los errores defensivos dejen de costarle puntos al equipo.