"Cuando firmé me dijeron que me darían una casa pero luego, pasaban los meses y no la tenía. Al final, me sacaron del hotel y tuve que vivir en la ciudad deportiva. En el club seguían diciéndome que tenía que esperar a que acabasen la casa. Un día hablé con una de las encargadas de diseñarlas y me dijo que nadie le había encargado nada", comenzó relatando en una entrevista para 'The Telegraph'.
El camerunés se fue volviendo cada vez más uraño, alimentando su depresión: "Hay buenos restaurantes y la gente es agradable, pero nunca salí porque no tenía amigos. Comía siempre en las instalaciones del club y siempre solo. Me estaba volviendo loco. No lloraba, pero estaba muy estresado".
"Pasaba el tiempo sentado en mi habitación y nunca encendía la luz. Estaba siempre con mi ordenador, sin televisión siquiera porque no entendía nada al estar en ruso. Toda mi vida se basaba en un ordenador y un móvil y eso no es sano. Para ser honesto, no se ni por qué no encendía las luces", confesó.
En septiembre, Song fue apartado del equipo, según considera, por motivos económicos, para acelerar su salida del club: "Creo que querían que los jugadores que decían que costaban mucho dinero se acabaran yendo y dejaron de pagarnos".
"El club me decía que el dinero llegaría a mi cuenta, pero eso nunca sucedía. Tienes hipotecas y más gastos y hay que seguir pagando. Tenía una hipoteca en Londres y el banco me preguntaba por mi dinero. Esa fue la peor parte", aseveró.
No obstante, el citado medio sostiene que Song recuperó los nueve millones de euros que le debía y puso rumbo al Sion: "Aquí todo ha ido bien. Está mi familia aquí conmigo. Básicamente perdí un año de mi carrera en Rusia. Ahora, estoy jugando y feliz otra vez".