Parecía que el Angers le iba a dar más guerra al PSG, pero la revelación de la Ligue 1 demostró en París sus carencias. Es un equipo valiente, que juega bonito, pero que comete algunos errores puntuales que, ante el rival equivocado, acaban siendo letales.
Eso ocurrió esta tarde en el Parque de los Príncipes. Salió de frente, augerrido el Angers, e intercambió golpes con el PSG, pero los parisinos fueron más certeros.
Pablo Sarabia se estrenó como goleador con su nuevo equipo, en el minuto 13 de partido. Se internó en el área, amagó, quebró y con la zurda, engañó a Butelle.
Sin hacer nada del otro mundo, el PSG ya ganaba. Pero el Angers no había dicho aún su última palabra. Seguían llegando los visitantes con peligro al área de Keylor Navas, pero evidenciaron una notable falta de acierto de cara a gol.
Tuvo una clara, clarísima, que bien pudo haber cambiado el signo del partido. Se había quedado solo, mano a mano, Alioui ante Keylor Navas. El atacante del Angers miró al linier para ver si estaba en fuera de juego y cuando volvió a prestar atención a la jugada, la desperdició.
Su disparo, mordido y desviado, no vio puerta. Lo que podría haber sido el empate a uno fue el toque de atención que necesitaba el PSG. Los de Tuchel dieron un paso al frente, y el Angers poco a poco desapareció.
No tardó en volver a encontrarse con el gol. Sarabia recibió de Neymar, asistió a Gueye, pero este, en el punto de penalti, no acertó a rematar. El balón continuó su camino y Mauro Icardi se lo encontró, haciendo el 2-0 en el minuto 37.
No había hecho méritos, pero el PSG ya ganaba 2-0. Marcó las que tuvo y se fue con una notable ventaja al descanso. Y el segundo tiempo fue más de lo mismo.
El PSG jugaba por inercia, al ralentí. Sin pisarle. Solo necesitó un cuarto de hora para hacer el tercero, de Gueye a pase de Sarabia (a quien el acababan de sacar bajo palos el que hubiera sido su segundo gol).
Solo Neymar corría por encima de la media. Porque el brasileño quería su gol. El PSG pasó a jugar por y para Neymar, pero Butelle frustró todas y cada una de las ocasiones de la gran estrella rival.
La insistencia le puso haber salido cara, pues vio una amarilla por protestar. Estaba Neymar desquiciado, frustrado por no lograr marcar, pero en el 90', sus deseos fueron cumplidos.
En prácticamente la última acción del partido, Neymar se reencontró con el gol. Choupo-Moting le habilitó, y ahora sí superó la salida de Butelle. Neymar cerró la cuenta con el cuarto gol del partido.
El PSG se afianza de este modo en el liderato de la Ligue 1, y todo parece indicar que el Angers cederá el segundo puesto tras esta nueva abultada derrota.