El Atalanta mostró sus dos versiones en un mismo partido. La ofensiva, en la que es capaz de generar mucho peligro y goles, y la debilidad defensiva, donde deja muchos espacios atrás.
Los pupilos de Gasperini se vieron sorprendidos por una SPAL con más hambre y ambición de cara a puerta. Se estrellaron los de Bérgamo y perdieron su puesto de Champions en favor de la Roma.
Comenzó mejor el Atalanta, como suele pasar, como un torbellino en busca del primer tanto del partido. Lo hizo con una jugada de bella factura culminada con un taconazo de Ilicic.
No dejó de creer la SPAL, que aguantó todas las acometidas de un Atalanta que perdonó en botas de Duvan Zapata el 2-0. No estuvo fino el colombiano, negado de cara al gol desde octubre, lesión mediante.
La SPAL llegó vivo al descanso y repuso fuerzas para lo que fue una lucha titánica por la salvación. Consciente de que ganar en Bérgamo es tarea complicada, se repuso para darle la vuelta al marcador.
Primero se cumplió la 'ley del ex' con Petagna. El delantero de la SPAL recibió un gran pase de Reca, después de una buena jugada individual, para firmar el empate y crear las primeras dudas del Atalanta.
Crecido por el tanto del empate, la SPAL fue a por más, pese a que la manta no podía cubrir todo. Se la jugó al ataque y encontró su recompensa por medio de Valoti.
Los últimos minutos del partido fueron de pura supervivencia para la SPAL. Prácticamente agarrado del larguero, el cuadro de Ferrara fue capaz de sacar tres puntos y soñar con una empresa complicada, la salvación.