El factor sorpresa está claro. Dos empresas de servicios públicos invirtieron en el 'naming' del estadio, y decidieron dejar en manos de los aficionados elegir el nombre.
Lo polémico fue el nombre elegido, Rudolf-Harbig-Stadion. ¿Por qué? Bien, remontémonos unos años al pasado.
El Dynamo de Dresde ha jugado toda su historia en el mismo estadio. Fundado en 1923, albergó los encuentros de los clubes que, en los años 50, acabarían convergiendo en el Dynamo de Dresde, club nacido al amparo del cuerpo de Policía de la antigua RDA.
El estadio entonces se renombró como Rudolf-Harbig-Stadion, en honor a Rudolf Harbig, un atleta de Dresde, miembro del club del que germinó el actual, y fallecido durante la Segunda Guerra Mundial luchando contra el Ejército Rojo en Ucrania.
Pero en 1971, al salir a la luz las simpatías de Rudolf Harbig con el nazismo (más allá de haber sido un mediofondista olímpico de éxito en Berlín 1936), las autoridades borraron su nombre de la vida pública y el estadio del Dynamo se quedó con un sosísimo Dynamo-Stadion.
Tras la reunificación de Alemania y la privatización del club, varios patrocinadores le dieron nombre al campo, y tras vencer el último contrato, dos empresas de servicios públicos se hicieron con los derechos.
Bien, ya nos hemos puesto al día. Ahora, la parte polémica. Los nuevos dueños del 'naming' quisieron dejar en manos de los aficionados la elección del nombre, y les ofrecieron dos alternativas.
Bien podía seguir el Dynamo-Stadion o volver al Rudolf-Harbig-Stadion. Con un 54% de los votos ganó la segunda, y el estadio del Dynamo volvió al nombre clásico, lo que ha levantado ciertas suspicacias.
18 de septiembre de 2018
La ultraderecha está teniendo un notable repunte en Alemania, y el hecho de que un atleta con un turbio pasado asociado al nacional-socialismo vuelva a tener su nombre en un estadio de un equipo de fútbol profesional preocupa a algunos.
La afición del Dynamo, desde los años 90, ha sido de las más beligerantes de Alemania, y para no pocos clubes era un suplicio tener que jugar en Dresde.
18 de septiembre de 2018
El club logró amansar a sus fieras a golpe de multa, y aquella afición de extrema derecha fue dejando paso, durante la primera década del Siglo XXI, a una afición únicamente centrada en animar a su equipo sin necesidad de aplastar la cabeza, a veces de forma literal, a los rivales.
Incluso una ligera 'Ostalgie' se apoderó de esta hinchada. Algunos añoraban los tiempos de la RDA, cuando el Dynamo era un grande de la Alemania Democrática.
Pero el resultado de la votación da pie a pensar en dos opciones. O bien muchos de los actuales fans del Dynamo no saben quién fue realmente Rudolf Harbig, o bien los lobos siguen siendo depredadores ocultos bajo pieles de cordero.
21 de septiembre de 2018