El Girona consiguió su segunda victoria consecutiva en el debut de Josep Lluís Martí en casa. Los locales mantienen sus aspiraciones a entrar en la zona del 'play off', pero demostraron que el nuevo técnico aún tiene mucho trabajo por delante.
El Tenerife realizó una gran primera mitad, pero el hecho de jugar durante 45 minutos con un futbolista menos le obligó a cambiar el guion del encuentro y, al final, salió cruz. Con esta derrota, el conjunto isleño solo ha sumado tres puntos de los últimos 21 posibles.
En los primeros minutos se fueron alternando el dominio y, con él, las ocasiones. Los albirrojos tuvieron la primera con un disparo de Borja García desde la frontal que se estrelló con la madera y, solo cinco minutos después, el cuadro 'chicharrero' replicó con un envío al palo.
Con el paso del tiempo, los de Josep Lluis Martí fueron inclinando la balanza y pudieron adelantarse en el marcador, pero Cristhian Stuani cabeceó demasiado cruzado y el centro de Jairo Izquierdo besó el poste -por tercera vez hasta el momento- de Ortolà.
Ya en el tiempo de prolongación de la primera mitad, el conjunto tinerfeño iba a ver cómo se le complicaba el encuentro de un plumazo. Aitor Sanz trabó por detrás a Stuani en la frontal del área y Ais Reig, cartulina roja en mano, le mostró el camino hacia los vestuarios.
El cansancio fue haciendo mella en los blanquiazules y al Girona se le fue poniendo el duelo cada vez más cuesta abajo. Más aún, cuando Ais Reig señaló un penalti -dudoso, cuanto menos- por un derribo de Sipcic sobre Samu Sáiz. Stuani se encargó de ajusticiar a un Ortolà que adivinó la intención del uruguayo, pero que no logró detener el lanzamiento.
Con el electrónico en contra, los de López Garai se echaron las adversidades a la espalda y, lejos de arrugarse, echaron el resto sobre el verde de Montilivi y buscaron el tanto que les diera el empate.
El técnico 'chicharrero', además, realizó un doble cambio y decidió poner toda la carne en el asador para establecer, al menos, las tablas. Estuvo cerca de conseguirlo en el tramo final, pero el remate de Pape Diamanka, contra su propia portería, se marchó desviado.
En los últimos compases, con los blanquiazules exhaustos, Stuani estuvo a punto de ampliar la renta pero el marcador no se movió y el Girona venció por la mínima en un partido que se le complicó en el tramo final. Al Tenerife le perjudicó la expulsión de Aitor Sanz y se marchó de Montilivi con los bolsillos vacíos.