El central francés del Real Madrid cuenta con unas condiciones envidiables para la práctica deportiva. Tan solo 23 años, 191 centímetros de altura, que lo convierten en un central de envergadura que domina el juego aéreo en ambas áreas, y, a pesar de su altura, es rápido de reflejos y velocísimo en carrera.
Con todas estas características, lo normal es pensar que la carrera deportiva del francés será imparable, y aunque, como ya hemos mencionado al inicio cuenta con una insultante juventud, lo cierto es que desde que llegara a la disciplina madridista en 2011, ha sufrido no pocas lesiones de diversa gravdad.
Tras el último episodio sufrido ante el Alavés en el Bernabéu a los 10 minutos de partido, Varane estará otro mes de baja, y se perderá dos de los partidos más importantes de la temporada: el 'Clásico' contra el Barcelona en el Santiago Bernabéu y los dos partidos de la eliminatoria de cuartos de final de Champions frente al Bayern.
Si nos fijamos en el cómputo global de días de baja de las seis temporadas que Varane lleva defendiendo la camiseta blanca, sorprende descubrir que suma casi un año, 339 días, de baja por dolencias físicas. Y este dato no es normal en un jugador de sus condiciones y edad.
Desde la operación de menisco a la que fue sometido en la temporada 12-13, tras la lesión sufrida en el encuentro disputado ante el Espanyol en Cornellá-El Prat, y de la que no quedó totalmente recuperado, hasta la lesión de grado II en el bíceps femoral de su pierna izquierda de esta temporada, el central ha sufrido un número tal de lesiones, que algunos empiezan a considerar la situación como un enigma sin resolver.
Las razones pueden ser muchas y diversas. Es cierto que se trata de un jugador explosivo, muy rápido en carreras cortas. Pero a pesar de su altura, no es pesado, tan solo 78kg, por lo que no se explica que esté pasando por tantos problemas musculares.
Como ocurre en muchas ocasiones, tanto la propia presión por parte del jugador, como el cargado calendario de partidos y una mala e incompleta recuperación de lesiones importantes como rotura de menisco y roturas fibrilares, podrían darnos alguna pista sobre la situación que vive Varane.
Por tanto, no se trata de una maldición ni mucho menos, sino de una combinación de factores a los que hay que unir, como de costumbre, una pizca de mala suerte.