En plena resurrección del costamarfileño, los jugadores 'citizen' se acercaron a celebrar el segundo gol con la grada y varios aficionados saltaron al campo.
Uno de ellos se llevó el trofeo más ansaido, una foto con sus ídolos mientras éstos celebraban un tanto. Eso sí, lo hizo con su hija en brazos, que parecía no explicarse muy bien qué estaba pasando en realidad.
Una imagen que volvió a dejar a las claras que quizás la Premier League no sea esa liga tan profesional como se presume.