Las palabras que lanzó hacia Salman bin Ebrahim al-Khalifa, vicepresidente de la FIFA, sobre posibles discriminaciones a los seguidores de su rama del Islam le están costando caras.
Australia, país que le trató como un refugiado político, la FIFA y el sindicato mundial de futbolistas (FIFPro) han pedido su liberación y su regreso inmediato al país oceánico, donde actualmente reside.
Sin embargo, el lunes deberá acudir a una vista para dar su visto bueno a la extradición a Baréin propuesta por Tailandia. Si acepta, el proceso se podría alargar y hasta que finalice seguiría encarcelado.
En el caso de que se niegue, Al Araibi afrontará un juicio que se podría hacer eterno mientras se reúne a todos los testigos de cada parte.
Su abogado, Nadthasiri Bergman, anunció que apelarán la solicitud de extradición de la Fiscalía tailandesa, que en su petición apunta a que un comunicado oficial de Baréin sería clave para que se llevara a cabo la extradición de Al Araibi.