Werner explicó por todo lo que tuvo que pasar hasta poder superar su extrema superstición: "Construía rituales en torno a mi vida cotidiana que no tenían sentido", relató en una entrevista a 'Bild'.
"Un ejemplo: si el miércoles había comido en cierto restaurante y el sábado siguiente estaba contento con mi rendimiento, sentía la obligación de comer el próximo miércoles en el mismo restaurante", desveló.
Philipp Laux fue una de sus mejores casualidades. El psicólogo le ayudó a abandonar hábitos que no beneficiaban a la independencia personal del delantero, algo que cuenta con orgullo el alemán.
"Laux escogió esta imagen: por un lado está el ángel que te dice que no seas supersticioso, por el otro el diablo que te dicta esto y lo otro para que las cosas vuelvan a ir bien. Estos pensamientos de superstición pueden venirme, pero ya sé que son una gilip****", aseguró, dando por finalizada esa oscura etapa.