No hay partido en el que Thomas Lemar no esté en el punto de mira. El futbolista nunca ha terminado de adaptarse y todos los focos apuntan a él.
En el último choque, Lemar se llevó los pitos de una parte del Metropolitano. Porque en el Atlético necesitan que dé un paso al frente, algo que nunca termina de producirse.
Quizá la presión, la tensión y saberse el centro de las miradas de la parroquia 'colchonera' están pasando factura a Lemar. Lo cierto es que al jugador se le ve perdido, errático sobre el césped.
Pese a todo, Simeone confía en él. Hasta que llegó Joao Félix, Lemar tenía el privilegio de ser el jugador más caro de la historia del Atlético de Madrid. Y eso, cree la afición, debe demostrarlo en cada partido.
Lemar espera que los pitos que escuchó el otro día en la Champions se conviertan en aplausos. Osasuna será el próximo rival del Atlético, habrá que ver si el Cholo le da la paso.