El Pireo fue el escenario del partido más frenético de la última jornada de la fase de grupos. Tras una primera hora de partido igualada, los goles se desataron en la etapa final del encuentro.
Un Milan con todo viajaba a Grecia con el objetivo de cerrar su clasificación para dieciseisavos, algo que parecía sencillo a primera hora, ya que los locales debían vencer por dos goles de ventaja para apear a los de Gattuso.
El partido comenzaba con dominio alterno. El Olympiacos manejaba la posesión, sin embargo, el cuadro milanista atacaba con mayor verticalidad y tenía las mejores opciones.
Samu Castillejo e Higuaín llevaban en sus botas la mayor parte del peligro visitante. A pesar de ello, el resultado de empate se mantendría hasta el descanso.
Tras el paso por vestuarios, eran los de Pedro Martins los que atacaban con más ímpetu, pues se veían obligados a meter una marcha más. Fetfatzidis estaba a punto de estrenar el marcador, pero su disparo se fue lamiendo la madera.
Se abrió la veda
El Olympiacos lo seguía intentando y acabó llegando el premio. Abou Cissé remató dentro del área tras un saque de esquina y batió a Pepe Reina. La hinchada se veía con opciones a falta de media hora para finalizar el choque.
Ocho minutos después, un disparo desde la frontal acabó rebotando en Zapata y se coló por el único resquicio al que no llegaba el guardameta español. La locura se había instalado en el Estadio Georgios Karaiskakis.
Sin embargo, el mismo Zapata enmendó su error transcurridos tan solo dos minutos. Tras un córner y gracias a un remate en semifallo, el central colombiano pudo recortar distancias para su equipo, un gol que valía una clasificación.
Pero no acabaría ahí el partido. El Olympiacos prosiguió en la búsqueda del tercer tanto y lo encontró sobre el 81' de juego. La defensa milanesa acabó cometiendo una pena máxima innecesaria que acabó transformando Fortounis. Los italianos lo intentaron hasta el final, pero el destino estaba escrito a favor del Olympiacos.