Arrancó el cuadro 'txuri urdin' intentando mandar en el encuentro, mientras los austriacos esperaban para salir al contragolpe, bien plantados sobre el césped de San Sebastián.
Ante el estéril dominio local, el Salzburgo dio un paso hacia adelante y le discutió la posesión a los de Eusebio, muy imprecisos en la salida de balón, incapaces de hilvanar una jugada.
Maestros en su oficio, los visitantes no querían arriesgar en exceso en Anoeta, limitándose a aprovechar las facilidades que condedían los futbolistas de la Real Sociedad.
Tras una tímida reacción de los locales a una doble ocasión de los austriacos, Rulli firmó su enésima mala salida en un córner para que, sin querer, Oyarzabal golpease el balón hacia su portería, erigiéndose como coprotagonista de la tragicomedia en Anoeta.
El clamoroso error del guardameta argentino no hizo sino alimentar los nervios del cuadro local, desesperado por Hee Chan y los silbidos de su propia afición al descanso.
Sin embargo, cuando el agua llegaba al cuello de Eusebio, el técnico movió ficha y sacó a Januzaj por Juanmi para disputar un segundo tiempo sublime, el día que reaparecía tras sus molestias en la ingle.
A pesar de unos primeros dubitativos en los que los austriacos amenzaron con el 0-2, Odriozola, en arranque de pundonor, se adentró en el área visitante con insultante vehemencia y fusiló a Walke.
Tras el empate, el asedio 'txuri urdin'. Los locales se abalanzaron sobre el Salzburgo con la rabia contenida por la mala imagen transmitida en los últimos encuentros: sin piedad.
El carrusel de ocasiones llevó a Januzaj a estrellar en el larguero un magistral centro de Oyarzabal, pero sólo una fisura en la barrera visitante permitió el tanto del belga en un lanzamiento de falta.
Capricho del destino, el Salzburgo igualó el encuentro en el último suspiro, arrojando un jarro de agua fría sobre la parroquia local cuando presumían de haber remontado un resultado adverso.
Mala renta de la Real Sociedad, que tendrá que salir en Austria a ganarse el billete para octavos de final de la Europa League, obligado a marcar para pasar la eliminatoria.