Un inicio vertiginoso, con cuatro goles en el primer cuarto de hora. Se adelantó el Celta, empató el Girona y remontó, pero los gallegos volvieron a igualar el marcador, desatando la locura en Balaídos.
Con mucho ímpetu empezó el Girona, pero fue el Celta quien se golpeó primero por medio de Pione Sisto. El delantero danés cabeceó al fondo de las mallas el centro medido de Wass.
No se cumplieron dos minutos cuando Portu firmó el empate. El murciano aprovechó el centro de Mojica para resetear un encuentro que no tardaría en volver a cambiar el marcador.
Stuani ponía patas arriba Balaídos, aprovechando la jugada de estrategia botada por Aleix García. Sin embargo, Maxi Gómez devolvió las tablas cuando los jugadores del Girona no habían tenido tiempo ni para celebrar el gol de su capitán.
Apenas había transcurrido el primer cuarto de hora de partido, pero la locura ya se había desatado en Balaídos.
Tras la tempestad, llegó un poco de calma y, aunque ambos equipos mantenían sus armas en alto, se instauró un periodo de tregua en Vigo.
El Celta trató de domar al Girona al volver del descanso, pero los catalanes enseñaban las uñas en cada oportunidad que tenían para abalanzarse sobre la portería de Rubén.
La posesión gallega carecía de profundidad y, salvo una doble intervención estelar de Gorka, los visitantes no sufrieron demasiado para contener a su rival.
En la recta final del encuentro, Daniel Wass recogió el premio a la iniciativa local, adelantando otra vez al Celta en el minuto 75.
Se las prometían felices en Vigo, cuando Juanpe volvió a igualar el encuentro, sembrando el pánico de nuevo en Balaídos.
Aunque Aspas la tuvo en los últimos compases del encuentro, el marcador no se volvió a mover para que Celta y Girona se repartieran los puntos.