Alternativas en el once, muchas caras jóvenes y tres puntos en la mochila. Un balance más que positivo para un conjunto 'millonario' que ya pensaba en Gremio.
En la primera mitad, los pupilos de Gallardo notaron claramente la revolución en el once inicial, con varias imprecisiones y faltas de entendimiento entre algunos jugadores.
Poco a poco los futbolistas se fueron asentando sobre el campo, aunque el equipo local seguía abusando demasiado de los balones largos hacia Pratto.
La segunda parte fue bastante mejor para River, con un fútbol más asociativo y comenzando a dominar claramente al rival hasta que el joven Cristian Ferreira se sacó de la chisterá un golazo para decantar el partido.
De ahí al final hubo poco fútbol y las mentes de todos ya estaban embarcando hacia Porto Alegre para el gran duelo del año.