Teniendo en cuenta que el récord del Barcelona a domicilio en Champions, en cuanto a remates se refiere, es de 28 disparos ante el Panathinaikos (2010), la cifra de 26 da una buena magnitud de lo que logró el equipo en tierras italianas... sin Messi en el campo.
Quizá con el argentino sobre el césped, el resultado habría sido diferente, ya que el argentino no requiere de demasiados disparos para celebrar goles, pero el equipo azulgrana demostró que tiene los automatismos y las capacidades para hacer daño. Sólo faltó la puntería.
Desde 2010, el equipo de la Ciudad Condal sólo remató 26 o más veces en tres ocasiones. La primera, la citada contra el Panathinaikos en 2010 y la segunda, ante el Celtic, en 2012. En el choque ante los griegos mandaron 12 entre los tres palos y anotaron cinco tantos. Frente a los escoceses, diez fueron a puerta y dos acabaron en gol.
Contra el Inter la cuenta pendiente, de hecho, fue el gol. Dispararon 26 veces (8 a puerta) y sólo celebraron el tanto de Malcom. Fue una clase de fútbol ofensivo, pero el Inter también dio otra clase, una de efectividad. Dispararon 10 veces, mandaron un balón a los tres palos... y ese fue el gol de Icardi.