La primera parte del Valladolid-Eibar no será recordada ni entrará en la historia de LaLiga, pero sí dejó una estampa bastante peculiar gracias a unos problemas en el banderín de uno de los linier.
Este no estaba sujeto y el colegiado, con la ayuda de los dos capitanes, tuvo que tirar de un esperadrapo para solventar los problemas y que el partido siguiera su curso.
El choque fue detenido durante varios segundos. Este parón le vino bien al Eibar, que entró al partido con un ritmo menos que el conjunto pucelano y que sufrió en los primeras minutos.
10 de noviembre de 2018