Extremadura y Mirandés se dieron hasta en el carnet de identidad, pero fueron los locales los que se llevaron el premio. Duelo muy entretenido en el que mandaron el ataque, las ocasiones y los disparos. Estuvo abierto hasta casi el último momento, cuando Pardo lo cerró.
Los locales se supieron superiores en el primer acto, pero muy levemente. Las ocasiones y los disparos estaban llegando a ambas porterías, dibujando un partido muy entretenido. Pudo adelantarse cualquiera de los dos, pero los guardametas supieron resolver las mejores oportunidades.
La aparición clave de Limones fue en un disparo de Pinchi raso desde dentro del área. Dejó la pierna de lado en el suelo y bloqueó la bola cuando iba a entrar. La de Casto fue en un mano a mano con Álvaro Peña: adivinó sus intenciones y evitó que adelantara a los suyos.
En el segundo acto, Pastrana recogió el guante y decidió acabar con tanto casi gol. Robó la bola en la frontal rival, sentó a Malsa y esquivó a Guridi con un recorte, levantó la cabeza y fusiló a Limones con un disparo potente y preciso a su palo zurdo. Una jugada de 'crack' que poca vigencia tuvo.
Cinco minutos tardó en llegar la diana del empate. La defensa extremeña dejó totalmente libre de marca a Antonio Sánchez en el segundo palo, este recibió un centro lateral y cruzó la bola con potencia tirando de un testarazo potente. Las piezas volvieron a la casilla de salida.
La diana sirvió para impulsar al Mirandés. Protagonizó un bombardeo a la meta de Casto y apareció Matheus Aias para culminarlo. Voleó el rechace de un mal despeje del meta y el esfério entró botando; el cancerbero tampoco acertó entonces a atraparlo.
Pero el Extremadura sacó a relucir toda la efectividad que no tuvo en la primera parte y Álex Alegría remató un saque de esquina al fondo de la red en el primer palo. Fue el pistoletazo de salida a un tramo final en el que el duelo se rompió y volvió a ser como al principio: cualquiera podía ganar.
Y fue el Extremadura el que se llevó el gato al agua. Pardo aprovechó una pelota botando en el área para llegar desde atrás con todo. No le pegó con el empeine: le pegó con el alma y con la furia de querer acabar por fin un partido que costó mucho cerrar. Tres puntos vitales para los azulgranas y primera derrota 'jabata' en diez jornadas.