En esto del fútbol, el más mínimo detalle puede decantar la balanza para uno u otro equipo. Eso es lo que pasó en el Salzburgo-Lokomotiv, aunque el duelo acabó finalmente en tablas (2-2).
Y es que a falta de 15 minutos del final, Lisakovic igualó el choque tras una posible falta a Okugawa, que recién había entrado al terreno de juego. El árbitro pasó olímpicamente del tema y ese tanto valió.
Pero antes de llegar al desenlace, vamos a ver qué ocurrió desde el inicio. El partido arrancó con dominio local, pero el que dio el primer golpe fue el Lokomotiv. El conjunto ruso aprovechó una acción a balón parado para firmar el 0-1. Córner botado desde la derecha, peinada hacia atrás y Éder adelantó a su equipo.
El tanto cayó como un jarro de agua fría al Salzburgo, pero consiguió finalmente levantarse de la lona antes del descanso. Szoboszlai recibió en corto del saque de esquina y clavó un golazo espectacular. Nada pudo hacer el portero para atajar semejante disparo, el balón fue directo a la escuadra.
Y de esa jugada ensayada se pasó al 2-1 tras regresar ambos equipos de los vestuarios. Junuzovic, en el 50', recibió en la frontal del área y le pegó con la zurda. La fortuna acompañó a los austriacos, ya que el balón lo desvió un defensa y acabó dentro de la portería.
Pero el Lokomotiv no había dicho su última palabra. El conjunto ruso igualó la contienda en el minuto 75. Le robaron la cartera al recién entrado Daka y Lisakovich cabeceó al primer palo de forma muy ajustada para establecer el 2-2 en el marcador.
Ese tanto castigó a los locales, que bajaron su nivel una vez se pusieron en ventaja. Y ya en la recta final, el Salzburgo intentó arreglar el estropicio que había hecho, pero fue demasiado tarde. Un punto y todos contentos.